La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo: sirve para relacionarnos con el entorno y es un escudo de protección natural frente a las agresiones externas. ¿Qué haces para protegerla?

 

Las radiaciones UVA y UVB

Es un hecho, es verano. Quizá no se trata de uno especialmente caluroso, sin embargo estamos igualmente expuestos a las radiaciones solares. De ellas, las más dañinas para nuestra piel son la UVA y la UVB.

Por un lado, las radiaciones tipo UVA penetran hasta la dermis ocasionando mutaciones celulares y envejecimiento. Por otro, las UVB penetran menos en la piel, producen quemaduras solares superficiales y son más cancerígenas que las UVA debido a que generan daños en el ADN de nuestras células.

Nuestras células cuentan con su propia protección, la melanina. Es un pigmento oscuro presente en las células de la piel, el iris y el pelo.  Además se coloca a modo de “sombrilla” sobre el núcleo celular, donde se encuentra la información genética y absorbe las radiaciones. La cantidad de melanina determina la susceptibilidad de nuestra piel al daño por la exposición solar. Por ejemplo, las personas con un fototipo bajo, es decir con la piel más clara, producen menos melanina y por consiguiente son más vulnerables al sol.

Los fototipos

Existen seis fototipos dependiendo del color de piel, cabello, pigmentación ocular y sensibilidad cutánea al sol. ¿Cuál es el tuyo?

  • Fototipo I: personas con piel rosada o pálida, ojos claros (azul o verde claro). Cabello rubio o pelirrojo. Se queman con facilidad y casi nunca se broncean.
  • Fototipo II: individuos de piel clara, con pecas frecuentemente, ojos verdes o marrones claros. Cabello claro. Tendencia a quemarse o broncearse muy lentamente.
  • Fototipo III: tienen la piel clara en invierno y bronceada en verano, ojos marrones o verdes. Pelo castaño. Se broncean con facilidad y pueden quemarse tras una exposición prolongada al sol.
  • Fototipo IV: piel morena, ojos marrones. Pelo castaño. Se broncean con bastante facilidad y dificilmente se queman.
  • Fototipo V: piel oscura, ojos marrones o negros. Pelo castaño oscuro o negro. Se broncean con mucha facilidad y dificilmente se queman.
  • Fototipo VI: piel muy oscura o negra, ojos marrones muy oscuros o negros. Pelo negro. Se broncean con mucha facilidad y muy dificilmente se queman.

Los fotoprotectores

Los fotoprotectores externos, como las cremas solares, incrementan la protección natural de la piel. Su efectividad se mide con el factor de protección solar (FPS). Es la medida del tiempo que tarda en aparecer eritema (enrojecimiento) con la exposición solar. Los filtros que protegen frente a los UVA y UVB cuentan con un símbolo externo visible en el empaquetado de la crema.

  • Fotoprotección baja FPS <15
  • Fotoprotección media FPS 15-30
  • Fotoprotección alta FPS 30-50
  • Fotoprotección muy alta FPS >50

Recomendaciones generales de fotoprotección

La exposición solar continuada no protegida se relaciona con quemaduras y envejecimiento de la piel. También contribuye a la aparición de cánceres cutáneos como el carcinoma espinocelular o el melanoma, este último presenta una importante agresividad. Por lo tanto es fundamental concienciarnos sobre la protección solar para prevenir las graves consecuencias del daño solar continuado.

  • Evitar la exposición solar entre las 11:00h y las 16:00h.
  • Usar gorras o sombreros.
  • Usar fotoprotectores de amplio espectro frente a UVA y UVB, con FPS 30 o superior.
  • Aplicar el filtro fotoprotector 30 minutos antes de la exposición y volver a aplicarlo cada 2 horas.
  • Extremar la precaución en superficies de reflexión de la radiación – el agua, la arena o la nieve – y en las zonas a mayor altitud.
  • No usar lámparas de bronceado artificial.
  • Usar gafas de sol de eficacia comprobada.
  • Aplicar estas recomendaciones desde la infancia.