La lumbalgia y otros dolores musculares pueden interferir en nuestra vida diaria y paralizar nuestra rutina.
La lumbalgia representa la primera causa de absentismo laboral en el mundo con una media de 35 días de incapacidad temporal hasta la reincorporación. De hecho, un 80% de la población padecerá dolor lumbar alguna vez en su vida. Es más, de ellos un 22% tendrá una incapacidad grave en relación a ello. Se trata por tanto no sólo de un problema sanitario, también de una gran pérdida económica y que afecta negativamente en la productividad de los países.
¿Por qué te ha pasado?
Los dolores en la zona lumbar, así como en otras zonas suelen producirse o empeorar ante situaciones de sobre-esfuerzos bruscos y de trabajo continuado. También influyen el mantenimiento prolongado de malas posturas, la carga inadecuada de grandes pesos, el estrés, el sedentarismo y el cansancio.
Si bien, no podemos olvidar aquellas enfermedades que ocasionan dolor por sí mismas como son las patologías reumáticas, neurológicas o la fibromialgia. El consumo de algunos fármacos puede producir también dolores musculares inespecíficos. Algunas drogas como la cocaína y la heroína son causantes de necrosis muscular en algunos usuarios habituales.
¿Cómo hacer frente a los síntomas?
Os presentamos varias recomendaciones que podéis seguir. Todas ellas están orientadas al autocuidado. Es decir, a promover que cada uno de nosotros cuide y se responsabilice de sí mismo. El objetivo es conseguir la mayor salud, o el mayor bienestar a nivel físico, mental y social.
- Guardar un reposo relativo. Es fundamental suspender el esfuerzo que nos ha causado la lesión. Debemos descansar y dejar tiempo para la recuperación. Sin embargo, no está indicado el resposo absoluto dado que la inmovilidad puede empeorar los síntomas y retrasar la mejoría.
- Aplicarse frío y calor. El frío es el mejor anti-inflamatorio, es por ello que al inicio de las lesiones su aplicación es recomendable. Posteriormente es más conveniente el calor local moderado, durante unos 20 minutos 3 ó 4 veces al día.
- La fisioterapia alivia el dolor y aumenta la movilidad muscular. Puedes consultar con un profesional para que evalúe tu caso y te ofrezca opciones de tratamiento posibles.
- La realización de estiramientos musculares frecuentes reduce la tensión muscular, mejora la elasticidad y la coordinación. Asimismo reduce el riesgo de lesiones.
- El ejercicio físico suave con calentamiento previo y estiramientos posteriores mejora la movilidad de las articulaciones y aumenta el tono y la fuerza muscular. Son especialmente beneficiosos los deportes como natación, pilates o yoga. Recuerda todos las ventajas de la actividad física aquí.
- La ingesta de analgésicos de venta libre de forma ocasional según indica el prospecto puede ayudar a disminuir las molestias en los episodios de dolor agudo.
- Consulta con tu médico. Si no mejoras a pesar de poner en práctica lo previo debes consultar con tu médico de familia.
- Mantener una dieta equilibrada, como te indicábamos en este artículo.
- Mantener una adecuada higiene postural al sentarse, al cargar pesos y al caminar.
Intenta incluir en tu rutina diaria estos consejos para cuidar la salud de tus músculos. Además, evita realizar sobre-esfuerzos y mantener posturas perjudiciales para tu sistema musculoesquelético. De esta forma evitarás lesiones y problemas a largo plazo.