Podemos preguntarle a la ciencia…

¿Alguna vez has sido paciente de un hospital y te has asustado por las burbujas que hay en el sistema de suero? ¿Has llamado a la enfermera porque esa situación te creaba ansiedad? Pues entonces vamos a intentar dar luz sobre este asunto.

Estamos más que acostumbrados a ver series y películas de hospitales en la televisión. Por una parte es bueno ya que permite que una gran cantidad de personas del público general estén informadas sobre temas que ocurren en los hospitales y se puedan acercar un poco al tipo de trabajo que ocurre en ellos, siempre pensando que estos personajes son actores y representan un papel. Sin embargo, el problema principal es que muchas veces se cometen errores tanto en el guión como con los propios personajes y pueden aparecer diferentes mitos.

Desde hace bastante tiempo se lleva diciendo que las burbujas en los sistemas de suero de los hospitales son mortales, tal es la repercusión que una gran cantidad de pacientes preguntan casi a diario sobre las mismas en los sistemas de suero. Espero que con estas claves no tengamos que asustarnos por ver esas pequeñas burbujitas en los sistemas de suero.

Dos vías: arterial y venosa

Existen dos vías principales por las que se pueden poner sueros. Existe la arterial, que es menos conocida y menos usada. Esta se utiliza principalmente para monitorizar la presión sanguínea y tomar muestras de sangre principalmente. No quiero detenerme mucho en esto pues no es algo común y generalmente solo se utilizará en casos más complicados.

Pasamos a las vías venosas. Estas son las más comunes y es la manera que se utilizará para administrar principalmente la medicación intravenosa y los sueros. Es por tanto y si vas al hospital, por donde puede ocurrir que veamos esas burbujas.

Tipos de jeringas

Diferentes tamaños de jeringas

Existen varios tipos de jeringa dependiendo de sus tipos y usos. Las que se utilizan para dar medicación y para el cuidado de las vías venosas son las de 10 mililitros, aunque se pueden llegar a utilizar a las 20. También se pueden utilizar de menos calibre o poder optar a las de 50 centímetros cúbicos, las jeringas más grandes habitualmente utilizadas para alimentar por sonda o para infusiones lentas como bombas de morfina.

Hay que aclarar que por seguridad, en todos los hospitales se han cambiado la punta de las jeringas, por lo que a partir de los 20 mililitros las otras jeringas más grandes no se pueden conectar directamente con una vía venosa.

Cuando se acaba el suero, ¿el aire puede entrar?

Un sistema venoso es un juego de presiones. El suero o medicación entra en el cuerpo humano porque la presión que ejerce es mayor que la que hay en la vena. En el momento en el que el suero se acaba esa presión también, lo que sí que puede ocurrir es que sea la sangre la que salga por el sistema y no que sea el aire el que entre.

¿Cómo provoca el aire la muerte?

Para provocar la muerte de una persona adulta se necesitan al menos 50 centilitros de aire administrados a presión directamente a las vías venosas lo que provocaría una embolia gaseosa.

Conclusiones

Aunque existe la posibilidad de que esto pueda ocurrir, no será debido a una negligencia, sino a un acto intencionado. Como ya hemos comentado las jeringas con las que se trabajan en un hospital son más pequeñas que la cantidad necesaria para matar a una persona. Las jeringas de 50 centímetros cúbicos no están diseñadas para poner medicación por una vía venosa directamente sino con una perfusión lenta o por otras vías que no son las venosas.