Mente o corazón

¿Vivimos en una democracia o en una partidocracia?

Noviembre ha alargado la Víspera de Todos los Santos o, como es más conocido, Haloween con el famoso truco o trato. Lo sucedido por los poderes del Estado llama poderosamente la atención. Esto abre una merecida reflexión, ¿España es una democracia o es una partidocracia? El trato entre jueces, gobierno, bancos y demás entes que no sabemos ha alargado el trato de la Víspera de Todos los Santos de forma indefinida.

Me gustaría que alguien nos explicara con pelos y señales qué ha sucedido realmente con el famoso impuesto hipotecario. Que la justicia no es independiente es vox populi, pero hacerse un harakiri sí es una novedad. Yo creía que en una democracia había que respetar las sentencias de los tribunales aunque no nos guste. ¿Pero qué sucederá cuándo se abre la puerta a cambiar a base de decreto las decisiones que no gusten al gobierno de turno? ¿Es un rumbo a una Venezuela o Cuba; o bien, a una Francia o Alemania?

Para más inri del pacto de la Víspera de Todos los Santos los españoles no sabemos que el mismo partido socialista que critica al Tribunal Supremo, fue el mismo que en 1993 implementó el impuesto a las hipotecas. Tampoco sabemos, que los aliados del gobierno subieron lo máximo posible el impuesto que repercutía a los ciudadanos o impidieron bajar el impuesto en los últimos años. Aunque también es verdad que ningún partido desde 1993 se ofreció a suprimir dicho impuesto. Además, no seamos ingenuos: los bancos repercutirán esos gastos de una u otra forma en el ciudadano.

¿Cómo nos afecta el trato de la justicia?

Una vez puestos en contexto se abre la pregunta fundamente, ¿nos merecemos una justicia independiente o, por el contrario, nos merecemos que nos pasen tratos como éste? ¿Se puede defender el acoso y derribo a una justicia que ella sola se desprestigia? ¿En qué nos convierte si realizamos semejantes actos?

En mi humilde opinión, la solución no es fácil debido a la partidocracia que padecemos. Mientras no exista independencia entre los tres poderes, seremos el hazmerreír de Europa y del resto del mundo. Ante el truco o trato engendrado por las sombras del Estado, yo me pregunto si la solución se encuentra en votar a los partidos que impiden una democracia real o si ya no existen partidos que abogan por tal digno objetivo. Si alguien encuentra una solución, por favor, que la diga; yo soy incapaz.