El Tribunal Supremo ha dado la razón a los bancos
Después de la crisis económica tan grave que hemos sufrido, y cuyas consecuencias seguimos padeciendo a día de hoy, parece que seguir hablando del tema de las hipotecas y los bancos es comentar el pasado. Pero nada más lejos de la realidad.
Hace unos días, el Tribunal Supremo ha expuesto que los bancos no tienen que acarrear con los gastos derivados del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y de Actos Jurídicos Documentados. Por lo tanto, sólo tienen la responsabilidad, compartida con los clientes, en cuanto a los gastos de notaría, es decir, el timbre del papel oficial. Esto quiere decir que el pago que tienen que hacer los bancos es ínfimo con respecto al de los clientes, en caso de constituirse la hipoteca
Sale a la luz la sentencia
A pesar de tratarse sólo de un avance, la noticia ha dejado asombrados a muchos. Tras años en los que se ha visto como ciertas cláusulas impuestas por los bancos eran declaradas abusivas (con el ejemplo más clarividente de las cláusulas suelo), esta sentencia supone un freno a los avances que se habían conseguido en esta materia.
Eso sí, aunque aún no disponemos de la argumentación definitiva del Alto Tribunal, parece que se ha decantado por dar toda la razón en este punto a los bancos, en vez de optar por un punto intermedio; como si hace con los gastos notariales.
Opiniones en contra
La recepción general en los despachos de abogados que han centrado sus esfuerzos en “defender” a los clientes de los bancos ha sido de contradicción. Estos son partidarios de compartir los impuestos derivado de la hipoteca, aunque se muestren precavidos a la espera de la argumentación definitiva del Tribunal Supremo.
El futuro
Queda claro que de aquí en adelante no parece que se esté facilitando el acceso a la vivienda; lo que unido al elevado precio del alquiler en las principales ciudades españolas, como Madrid, hace que la situación se vuelva a poner peligrosa para la clase media.
Aunque desde fuera resulta más sencillo verlo, parece que estamos repitiendo errores del pasado que ya sabemos a dónde nos pueden dirigir.
Cierto es que no nos encontramos ante el escenario anterior en el cual se daban hipotecas a personas que se sabía que no podían hacer frente a las mismas, aprovechándose así de ellas. Pero si a la gente que tiene opciones de conseguirla se le ponen más trabas, no favoreceremos la recuperación económica.
Confiemos en que no sea así, pudiendo aprender del pasado para crecer en el futuro.