¿Está la ética por encima de la política?
Hace varios días nos enteramos del asunto turbio sobre un periodista saudí asesinado que ha dado la vuelta al mundo. Es decir, un día nos levantamos conociendo la muerte de un periodista saudí en el consulado de su país en Turquía. Esto abre un debate, ¿la ética y la política son compatibles?
De repente, un caso se convierte en mediático y da la vuelta al mundo. Aunque no podemos dejar a un lado algo que se podría considerar políticamente incorrecto. En este caso en concreto, la comunidad internacional, en su mayoría, condena a Arabia Saudí por su comportamiento. Seamos sinceros. ¿Éste país es buenos los días pares, los impares o solo aquellos que un caso repercute de forma mundial?
Las relaciones diplomáticas, la ética y la política son muy complejas. En un mundo globalizado uno se puede preguntar. ¿Se puede tratar con dictaduras? ¿Qué se considera una dictadura? ¿Los países tienen derecho a tener una dictadura? ¿Por qué unos partidos políticos se alinean con unas dictaduras y otros partidos con otras? ¿Por qué cada uno tiene una visión tan diferente de la democracia?
¿Pesa más el dinero o la ética?
Situándonos en el caso concreto de España, por ejemplo, ¿por qué unos partidos políticos están en contra de Venezuela y otros ensalzan a este régimen (en mi opinión)? ¿Qué podemos decir de Cuba, Rusia, China y otros tantos países? ¿Qué sucede cuándo se juntan el dinero con la ética y la política? ¿Cuántos puestos de trabajo se puede defender en pro de la ética? ¿Los políticos que defienden la ética hablarán directamente con los perjudicados o les darían ayudas?
Es un tema muy complicado al que encontrar una solución no es fácil. Por encima de todo, están los intereses de cada país, cada partido político y el dinero. Más de uno podrá pensar que en una balanza esos factores pesarán bastante más que la ética. Aquí, ¿quién el bueno y quién es el malo?