Las rectificaciones son el ‘pan nuestro’ de cada día
Rectificar es de sabios, ¿pero hacerlo continuamente? Los 100 días de gobierno de Pedro Sánchez al frente de la Moncloa han dado para mucho. No parece que el verano fuera un impedimento para las rectificaciones.
Pedro Sánchez anunció a bombo y platillo que convocaría elecciones de forma inmediata durante la moción de censura. Sin embargo, cuando llegó a la Moncloa cambió de opinión y decidió convocarlas en 2020.
El presidente del Gobierno acogió el barco Aquarius para recoger los inmigrantes a la deriva en el mar. No obstante, si bien porque se produjera un efecto llamada o por azar del destino, a partir de ese momento el gobierno ya hacía devoluciones en caliente a las dos semanas. Menos mal que lo criticaba que lo hiciera el Partido Popular, que si no…
La ministra de Justicia, Dolores Delgado, aseguró que no se pagaría la defensa del juez Llarena contra la denuncia de Puigdemont. Las asociaciones de fiscales y jueces emitieron un duro comunicado contra la decisión del Gobierno. La consecuencia fue que desde la Moncloa se aseguró que se seguiría hasta el final en la defensa del juez Llarena.
El Gobierno ha estado ‘demonizando’ el diésel durante semanas, insistiendo en que subiría los impuestos a este carburante. Luego llegó la ministra de Industria, Reyes Maroto, para calificar las informaciones suministradas por Moncloa como ‘globo sonda’.
El ministerio de Trabajo, dirigido por Magdalena Valerio, aprobó la creación de un sindicato de trabajadoras sexuales. Cuando se difundió la noticia, la propia ministra salió al paso diciendo que se trató de un error, que le habían ‘marcado un gol’ y que harían todo lo posible por prohibirlo.
¿Aciertos del nuevo Gobierno?
La ministra de Defensa, Margarita Robles, dijo que se cancelaba un contrato con Arabia Suadí para vender 400 bombas. El país árabe respondió que se plantearía el contrato de compra para cinco corbetas de Navantia. Cuando los astilleros de San Fernando y los 6000 puestos de trabajo en peligro empezaron con movilizaciones, el Gobierno volvió a cambiar de criterio. Y, ahora, la ministra ha vuelto a afirmar que la venta sigue en estudio.
Sánchez, como miembro de la oposición, criticó a Mariano Rajoy por emplear el veto que tiene el Gobierno sobre el aumento de gastos o disminución de ingresos, según el punto 6 del artículo 134 de la Constitución. Es más, llevó al Tribunal Constitucional el empleo de esta atribución y prometió retirar todos los vetos del anterior gobierno. Parece que cambió de criterio al llegar al palacio de la Moncloa.
Además, ha añadido un nuevo veto a una ley de Ciudadanos relativa a la alta inspección del Estado y transparencia universitaria. Gracias al recurso que puso el PSOE en el TC, quien tiene la última palabra es la Mesa del Congreso.
Récord en decretos-ley
Además, de las rectificaciones también están la cantidad de decretos-ley aprobados por el gobierno debido a la debilidad parlamentaria: 7. Ha superado todos los récords en democracia en el mismo periodo de tiempo.
Nos preguntamos dónde está la “extraordinaria y urgente necesidad” de tantos decretos. El más conocido ha sido el relativo a la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos. En mi opinión, solo ha servido para dividir a la sociedad española tal y como reflejan las encuestas. También, ha sido muy criticado un decreto-ley que modifica el Código Civil en lo relativo a la patria potestad, del que ya se habla de su manifiesta inconstitucionalidad.
Por si no fuera suficiente, la dirección de Pedro Sánchez no va a cumplir con lo estipulado en la Constitución. Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda con Mariano Rajoy, ya inauguró este incumplimiento el año pasado por primera vez en democracia y Sánchez va a repetir.
El punto 3 del artículo 134 de nuestra Constitución dice: “El Gobierno deberá presentar ante el Congreso de los Diputados los Presupuestos Generales del Estado al menos tres meses antes de la expiración de los del año anterior”. Es decir, que los presupuestos tienen que ser presentados antes del 1 de octubre. Da igual si van a salir adelante o no, es la obligación del Gobierno cumplir con la norma fundamental. Que diga que los sacará a partir de noviembre no es excusa.
Con todo esto, los lectores se pueden hacer una idea de cómo han sido los primeros 100 de Gobierno de Pedro Sánchez en la Moncloa. ¿Qué opináis?